¿Alguna vez has sentido mariposas en el estómago al ver a alguien especial? ¿O has notado cómo tu corazón late más rápido cuando te gusta alguien? Aunque parezca una sensación digna de magia, detrás de todas estas sensaciones hay una increíble combinación de neurotransmisores y hormonas que hacen que el amor y la atracción sean una experiencia química muy poderosa.

Desde nuestra academia, te queremos explicar de qué se trata.

Los neurotransmisores son biomoléculas que permiten la transmisión de información desde una neurona hacia otra neurona. Las hormonas son sustancias químicas secretadas en la sangre por una célula especial cuyo propósito es indicar a otras células que realicen determinadas funciones.

Cuando alguien nos atrae, nuestro cerebro entra en acción liberando una serie de sustancias químicas que nos hacen sentir emocionados y eufóricos. Algunas de las sustancias que son liberadas son:

-Dopamina: El neurotransmisor del placer y la recompensa. Nos hace sentir felicidad y motivación al ver o estar cerca de esa persona.

-Adrenalina y Noradrenalina: Son las responsables de los nervios, el corazón acelerado y las manos sudorosas cuando nos gusta alguien.

-Serotonina: En esta etapa, sus niveles bajan, lo que explica por qué muchas veces no podemos dejar de pensar en esa persona, casi como una obsesión.

Estudios han demostrado que los niveles de serotonina en una persona enamorada son similares a los de alguien con trastorno obsesivo-compulsivo. Podríamos decir que el amor nos vuelve un poco obsesivos.

A medida que pasamos más tiempo con la persona que nos gusta, el cerebro refuerza la conexión emocional. Aquí entran en juego hormonas clave como:

-Oxitocina: Conocida como la "hormona del apego". Se libera en momentos de intimidad, como abrazos, besos y relaciones sexuales, ayudando a fortalecer los lazos emocionales. La oxitocina se libera en grandes cantidades durante el parto y la lactancia (permite la salida de la leche en las mamas), lo que explica por qué es tan importante en la formación de vínculos afectivos.

Con el tiempo, la pasión inicial se equilibra y el cerebro busca estabilidad en la relación. En esta etapa, los niveles de dopamina pueden bajar un poco, pero la oxitocina y la vasopresina se encargan de mantener la conexión a largo plazo.

Algunas investigaciones han demostrado que el amor y la atracción activan las mismas áreas del cerebro que ciertas drogas como la cocaína. Esto explica por qué, cuando nos enamoramos, sentimos una euforia extrema, y cuando nos dejan, experimentamos síntomas parecidos al síndrome de abstinencia.

Fuente: https://scholar.google.es/scholar?hl=es&as_sdt=0%2C5&q=dopamine+and+love&btnG=#d=gs_qabs&t=1738768076621&u=%23p%3DU7H9kggADhwJ